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Rusia atacó planta siderúrgica en Mariúpol

La acería de Azovstal es el último reducto de resistencia ucraniana en la devastada y sureña ciudad portuaria de Mariúpol.

Fuerzas rusas lanzaron hoy un «potente ataque» contra la acería de Azovstal, último reducto de resistencia ucraniana en la devastada y sureña ciudad portuaria de Mariúpol, luego de un alto el fuego que permitió la evacuación de un centenar de civiles refugiados en el lugar.

«Un potente ataque en el área de Azovstal se está llevando a cabo actualmente, con apoyo de blindados y tanques», sostuvo Sviatoslav Palamar, subcomandante del batallón Azov, que defiende las instalaciones, en un mensaje video en Telegram.

Previamente, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció que unidades del Ejército ruso y separatistas rusoparlantes que controlan parte de Donetsk, la provincia donde queda Mariúpol, «iniciaron un ataque con artillería y aviones para destruir las posiciones de tiro de combatientes ucranianos que salieron de la planta».

Según el vocero de las fuerzas armadas rusas, el batallón Azov «usó» el alto al fuego en vigor desde el fin de semana a fin de evacuar a los civiles de la acería, para «tomar posiciones de tiro en el territorio y en los edificios de la fábrica».

El alto el fuego permitió a la Organización de las Naciones Unidas, en coordinación con la Cruz Roja, Rusia y Ucrania, evacuar a «101 civiles» del complejo metalúrgico, tuiteó Osnat Lubrani, coordinadora humanitaria de ONU para Ucrania.

Civiles a salvo en Zaporiyia

«En total 127 civiles evacuados de Mariúpol y otra localidad cercana controladas por fuerzas de Rusia llegaron hoy a la ciudad de Zaporiyia, aún en manos del Ejército ucraniano», precisó Lubrani.

«Otros 58 civiles se unieron al convoy de vehículos en el que fueron trasladados los evacuados en Manhush, una localidad en las afueras de Mariúpol», agregó.

Algunos de los civiles pidieron bajarse de la caravana antes de llegar a su destino de la ciudad de Zaporiyia, 230 kilómetros al noroeste de Mariúpol, pero periodistas de la agencia de noticias AFP vieron al menos cinco autocares llegando a un centro de recepción.

Rusia anunció este mes el comienzo de una ofensiva para «liberar» el Donbass, una región integrada por las provincias rusoparlantes de Donetsk y Lugansk, luego de retirar a finales de marzo las tropas que tenía desplegadas en torno a la norteña Kiev, la capital de Ucrania.

De acuerdo con el Estado Mayor de Ucrania, en esta región el Ejército ruso intenta «tomar pleno control de las localidades de Popasna y Rubijne, en Lugansk, y avanzar hacia Lyman y Sloviansk, dos ciudades de Donetsk».

Nuevos ataques

El gobernador de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, reportó que al menos 10 personas murieron y 15 resultaron heridas hoy en un bombardeo ruso contra una fábrica de la localidad de Avdiivka, a pocos kilómetros de la ciudad de Donetsk, la capital de la provincia.

«La información será clarificada y el número de víctimas podría ser probablemente mayor», añadió.

En el resto del país, «el enemigo ha seguido disparando contra Járkov», la segunda ciudad de Ucrania, después de Kiev, y contra «localidades vecinas» y más al sur, cerca de Izium, los rusos bombardearon «intensamente» las posiciones ucranianas, reveló el Ejército ucraniano.

En tanto, el Ministerio de Defensa ruso reportó haber destruido hangares con armas extranjeras en un aeródromo militar de la ciudad portuaria Odesa, en el suroeste del país, a orillas del mar Negro, en tanto el comando militar celebró la incautación de 17 tanques enemigos, entre otros elementos bélicos.

Los rusos también se hicieron con importantes franjas del sur de Ucrania, como la ciudad de Jersón, 130 kilómetros al este de la gran ciudad portuaria ucraniana de Odesa y muy cerca de la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.

En un pueblo de esa zona, Novofontanka, la Fiscalía general de Ucrania anunció una investigación por posibles «torturas y asesinatos» tras el hallazgo de dos cadáveres en una fosa, uno de ellos con las piernas atadas.

El Ministerio de Defensa ucraniano teme que Rusia aproveche la conmemoración de su victoria sobre la Alemania nazi el 9 de mayo para intentar integrar Donetsk y Lugansk a su territorio.

De acuerdo con Michael Carpenter, el embajador de Estados Unidos ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), «hay información muy creíble» sobre el riesgo de que esta anexión se concrete a través de referendos, estrategia que recuerda a lo ocurrido en Crimea, y precisó que Moscú tiene planes similares para Jersón, donde puso en circulación en rublo.

Aumentan las sanciones contra Rusia

Las sanciones y ayudas económicas continúan su curso un carril paralelo a la ofensiva militar: mientras Reino Unido anunció una ayuda militar de 377 millones de dólares para Ucrania, que incluye radares, drones de transporte pesado y de aparatos de visión nocturna, la Unión Europea (UE) trabaja en un sexto paquete de sanciones que incluye el fin progresivo de las importaciones de petróleo ruso.

La UE pretende imponer un embargo gradual al petróleo ruso y sus derivados como parte de un nuevo paquete de sanciones a Moscú por su invasión a Ucrania, si bien éste no afectará a los países altamente dependientes de estas importaciones, como Hungría y Eslovaquia, señalaron hoy diversos funcionarios europeos.

Según el borrador del proyecto trabajado por la Comisión Europea, el sexto paquete de sanciones contra Rusia por la guerra en Ucrania prevé un cese gradual -en un período de seis a ocho meses- de las compras de petróleo ruso, con la excepción de Hungría y Eslovaquia.

Ambos naciones, que dependen del crudo ruso por el oleoducto Druzhba de la era soviética y no disponen de alternativas inmediatas, podrían continuar importándolo hasta 2023, en base a lo adelantado por un funcionario europeo citado por la agencia de noticias AFP.

«Todo el proceso de substitución (del petróleo proveniente de Rusia) llevará varios años, y por ello insistiré en la exención», adelantó el ministro eslovaco de Economía, Richard Sulik, a la prensa de su país.

Una posición manifestada también por Hungría, que advirtió que tal medida «es una carga pesada de soportar».

«Actualmente es físicamente imposible que Hungría y su economía funcionen sin el petróleo ruso», alertó este martes durante una visita a Kazajistán el canciller húngaro, Peter Szijjarto.

El paquete, que debería comenzar a ser discutido mañana por los 27 Estados miembros, es objeto de polémica porque otros países europeos, como Bulgaria y República Checa, también quieren beneficiarse de una exención semejante a la negociada para Hungría y Eslovaquia, de acuerdo con diplomáticos próximos a las negociaciones.

«Debemos evitar el efecto de contagio, porque todos querrán derogaciones. Tendremos que encontrar soluciones adecuadas», confió un funcionario europeo bajo condición de anonimato.

El bloque está buscando asegurar suministros alternativos a la energía rusa, al darle prioridad a las importaciones globales de gas natural licuado de importantes productores como Argelia, Qatar y Estados Unidos.

Además la UE está construyendo instalaciones de gas natural licuado en el norte de Grecia, que deberían comenzar a operar el próximo año.

La terminal está diseñada para procesar unos 6.000 millones de metros cúbicos de gas al año, impulsando el suministro fuera de Rusia, que llegó a la región en 2020 con el nuevo Gasoducto Transadriático que se extiende desde Azerbaiyán hasta Italia.

El próximo mes se lanzará un nuevo gasoducto de interconexión, que conectará completamente las redes de gas de Grecia y Bulgaria.

Más presión financiera contra Rusia

«También estamos sancionando a Rusia para ejercer presión financiera, económica y política sobre el Kremlin porque nuestro objetivo es simple: debemos romper la maquinaria de guerra rusa», expresó el titular del Consejo Europeo durante el recorrido de las obras.

Además de las limitaciones al sector energético, el sexto paquete de sanciones contra Moscú incluirá la salida de más bancos rusos del sistema internacional de transacciones financieras Swift, según señaló anoche el alto representante de Asuntos Exteriores de la UE, el español Josep Borrell.

Aunque evitó precisar de qué bancos se trataban, varias fuentes diplomáticas europeas indicaron que el mayor banco ruso, Sberbank, que representa el 37% del mercado, estará comprendido en esa lista.

«Europa ha reaccionado apoyando militarmente a Ucrania sin entrar en beligerancia porque no queremos que la guerra se extienda, pero apoyando a Ucrania a defender su país e imponiendo sanciones económicas a Rusia para que sufra las consecuencias de su acción, debilitando su economía», aseveró el diplomático español, de visita en Panamá.

Borrell participó hoy en Ciudad de Panamá con los cancilleres de Centroamérica y el Caribe de una reunión para abordar las consecuencias en la región del conflicto Rusia-Ucrania.

Hasta ahora ya se aprobaron cinco paquetes de sanciones del bloque europeo contra Rusia, que abarcaron prohibiciones a entidades financieras y estatales, y a autoridades, funcionarios y oligarcas ligados al Kremlin.

El Colegio de Comisarios europeos selló hoy la nueva propuesta en una reunión al margen de la sesión plenaria del Parlamento Europeo, en la ciudad francesa de Estrasburgo.

Seguidamente, el paquete será distribuido a los embajadores de los países del bloque para comenzar el análisis en las capitales.

La titular de la Comisión Europea, la belga Ursula von der Leyen, tiene previsto pronunciar un discurso mañana ante los eurolegisladores, pero no aún no se sabe si hará referencia a estas negociaciones, coincidieron fuentes consultadas.

La respuesta de Putin

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, firmó hoy un decreto que prohíbe realizar cualquier operación con personas y empresas que hayan sido sancionadas por el Kremlin, en respuesta a medidas punitorias similares tomadas por las potencias occidentales en el marco de la guerra en Ucrania.

Concretamente, la medida veta a personas físicas y entidades bajo jurisdicción rusa a «realizar transacciones, incluidos contratos internacionales, con entidades legales, individuos y organizaciones bajo sanciones por parte de Moscú, al tiempo que se prohíbe la exportación de productos y materias primas fabricadas en Rusia y destinadas a los afectados por las medidas punitivas».

Además, Putin prohibió cumplir ante los sancionados por Rusia las obligaciones derivadas de transacciones, incluidas las de contratos de comercio exterior, en caso de que dichas obligaciones no hayan sido cumplidas o cumplidas parcialmente, informó la agencia de noticias Europa Press.

Por otra parte, el decreto subraya que el Gobierno tiene un plazo de diez días para «aprobar la lista de personas bajo sanciones» y «determinar criterios adicionales para clasificar las transacciones» con el objetivo de que se apliquen las restricciones contempladas por el Kremlin, añadió la agencia de noticias Interfax.

El texto indica que las medidas serán aplicadas «en relación con las acciones hostiles y contrarias al Derecho Internacional por parte de Estados Unidos y otros estados y organizaciones internacionales que se le han unido, destinadas a privar ilegalmente a Rusia, a ciudadanos rusos y a entidades rusas el derecho a la propiedad o limitando sus derechos de propiedad».